Lograr la democratización de la educación superior: el reto del primer ciclo

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Lograr la democratización de la educación superior: el reto del primer ciclo
Tipo de texto :
Dictamen y informe
Tipo de consulta :
Autoconsulta
Tramitada por :
Sección de Educación, Cultura y Comunicación
Date d'adoption
Emitido el : 25/09/2012
Ponente :
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Gérard ASCHIERI
Grupo de personalidades cualificadas
    Presentación
    Présentation
    Entre 1970 y 2010, el número total de estudiantes aumentó de 850.000 a 2,3 millones En 2010, el 42% des los alumnos que terminaban sus estudios poseían estudios superiores completos

    Sás allá de la formación y de la investigación, la educación superior juega un papel determinante en la orientación y destino profesional de un gran número de jóvenes. En nuestro país, el nivel de titulación condiciona, y de qué modo, la inserción profesional, y los destinos sociales se ven determinados en gran medida, muy a menudo de manera irreversible, tras el período de formación inicial.

    El paisaje de la educación superior sorprende asimismo por su heterogeneidad: junto a los itinerarios de formación tradicionales (disciplinas clásicas de las universidades y grandes escuelas) se han desarrollado formaciones profesionales (licencias profesionales, BTS, DUT, escuelas de post bachillerato) muchas de las cuales han optado por un sistema de admisión selectivo. De hecho, estas diferentes vías proporcionan oportunidades de éxito y presentan un riesgo de fracaso y abandono muy desigual. La universidad es, a día de hoy, la única estructura de la educación superior abierta a todos los públicos, al término del bachillerato. Pero los medios con que cuenta en términos de acompañamiento pedagógico son, proporcionalmente, muy inferiores a los del resto de vías. En estas condiciones, los planes de estudio registran unas tasas de fracaso muy elevadas que conllevan una considerable pérdida de recursos humanos y económicos que afecta, especialmente, a los jóvenes de medios populares, sobre todo cuando éstos son titulares de un bachillerato tecnológico o profesional.
    El CESE considera que una regulación previa de la acogida de los estudiantes entre las diferentes vías constituiría una falsa disyuntiva contraria, de hecho, al objetivo de democratización de la educación superior.
     
    A fin de impulsar un auténtico movimiento de éxito, éste prioriza dos directrices principales:
    - por un lado, promover un mejor equilibrio entre los diferentes perfiles de bachiller, en los servicios de admisión de las estructuras de la enseñanza técnica y profesional (IUT y STS, particularmente)
    - por otro, proporcionar a los alumnos matriculados en el primer año de licenciatura un apoyo y orientación que les permita, efectivamente, concluir con éxito su itinerario universitario.
     
    Los problemas de adaptación que se plantean hoy en día en la universidad no deberían sin embargo subestimarse, especialmente la dificultad de financiación de dicha transformación. El debate relativo a las diferentes fuentes de financiación posibles debe proseguir con todos los requisitos necesarios.