Trabajo y salud-medio ambiente: ¿cuáles son los desafíos que hay que superar frente a los desajustes climáticos?

La cuestión del trabajo en la transición ecológica es decisiva. El empleo, la lucha contra el paro, la aspiración a disfrutar de tiempo libre o la financiación de los periodos de vida fuera del tiempo profesional, son aspectos que, desde hace unos cuarenta años, ponen el trabajo en segundo plano, si bien este constituye una de las condiciones de la vida humana actualmente trastocada por el cambio climático. El CESE ha abordado el tema del trabajo centrándose en las problemáticas relativas a la salud, en el contexto de una aceleración del cambio climático y la degradación de los ecosistemas. A este respecto, responde a preocupaciones actuales del mundo laboral y alerta sobre la agravación futura de algunos factores de riesgo profesionales, en particular, el aumento de las temperaturas.
Las nociones de salud-medio ambiente y de exposoma ocupan un lugar preponderante en estos proyectos. En efecto, la creciente importancia de los riesgos medioambientales aboga por un planteamiento global y preventivo en el diseño y la aplicación de las políticas sanitarias. Actualmente, la prevención en materia de la salud no puede disociarse del problema medioambiental y la intersección de los factores requiere eliminar las barreras entre la salud ocupacional y la salud pública.
El desajuste climático se traduce, no solo por una agravación de los riesgos físicos en el trabajo (accidentes laborales y enfermedades profesionales), sino también por la aparición de riesgos psicosociales, riesgos relacionados con la ecoansiedady conflictos éticos experimentados un gran número trabajadores en activo. El sentido del trabajo y el compromiso con este último pueden verse afectados. Por esta razón, las figuras del mundo laboral deben actuar, tanto para adaptar el trabajo al calentamiento climático, como para atenuar el impacto de la actividad humana sobre el clima.