La protección social: Garantizar el futuro del seguro de salud
Presentación
La protección social encarna el pacto de solidaridad entre los ciudadanos. Perpetuar un sistema que reposa básicamente en la solidaridad supone darle solvencia. Se plantea por tanto más que nunca la cuestión de una financiación sostenible.
Al déficit estructural, fruto de la brecha entre la progresión de los gastos y la reducción de los ingresos, se ha añadido un déficit cíclico ligado a la crisis. A día de hoy, las hipotecas sobre los ingresos, especialmente con la incertidumbre sobre el crecimiento, se unen a las de los gastos.
El ritmo y magnitud de estos cambios resultan difíciles de cuantificar, toda vez que el mantenimiento de nuestro modelo de protección social parece cada vez más amenazado. El déficit del régimen general fue de 23.900 millones de euros en 2010.
El CESE reafirma que la protección social es una inversión necesaria para nuestra colectividad. La calidad del sistema de atención, la creación de empleos en el ámbito sanitario, la asistencia que se ofrece a las familias, son elementos básicos para el desarrollo estratégico y económico de un territorio. La universalidad de la cobertura y la solvencia de la demanda, el nivel de ingresos de los jubilados, la calidad de la cobertura de las personas con pérdida de autonomía son fundamentales para la cohesión social. A su manera, cada una de las ramas de la Seguridad Social participa en dichos objetivos.