La alternancia en la educación

Visuel
La alternancia en la educación
Tipo de texto :
Estudio
Tipo de consulta :
Autoconsulta
Tramitada por :
Sección educación, cultura y comunicación
Date d'adoption
Emitido el : 25/02/2014
Ponente :
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Jean-Marc MONTEIL
Personalidad asociada
    Presentación
    Présentation
    Este estudio se sitúa en la perspectiva de una contribución más pedagógica que estructural de la alternancia en la educación. La alternancia se entiende como forma de actuación pedagógica, para contribuir a la mejora del éxito en formación y, de forma correlativa, la inserción profesional, tanto mediante la formación escolar y universitaria, como mediante el aprendizaje.
     

    LA CONSTATACIÓN:

     
    La parte insuficiente reservada al descubrimiento profesional, en la adquisición de conocimientos, no permite a la alternancia ser una práctica que pueda facilitar los procesos de aprendizaje y contribuir a la mejora de las elecciones en la orientación profesional.
    El gobierno ha fijado en octubre de 2013, el objetivo de alcanzar los 500.000 aprendices en el 2017, ya sea 65.000 más que a finales de 2012. En este marco, el Ministerio de Educación Nacional muestra, por su parte, la voluntad de hacer pasar el número de aprendices en EPLE de 40.000 a 60.000, de aquí a cuatro años.
     
    Cada año 150.000 jóvenes dejan el sistema educativo sin ninguna cualificación, entre ellos un 52% estaban sin empleo en el 2010. Los jóvenes que salen del sistema sin diploma son, en una aplastante mayoría, hijos de padres obreros (5 niños de obreros por uno de ejecutivo).
    Dentro de la generación 2007, 24.000 alumnos han acabado su escolaridad en 3° (sistema escolar francés). El más alto diploma obtenido por los jóvenes que pasan por la vía profesional es el CAP o el BEP para un 39 %, el Bachillerato profesional para un 26 %, el DUT para el 6 %, la licencia para un 2 %.
    Más allá, cabe destacar que la vía profesional escolariza a los niños con mayores dificultades (un 80% tenían retraso en 6° (sistema escolar francés)).
    Si enfocamos las cifras del aprendizaje (436.334 aprendices en el 2012) observamos que más de un 40 % de los aprendices preparan un CAP y que un 30% preparan un bachiller. Por fin, el retraso evocado en lo anterior se traduce por una edad media de los aprendices que ha pasado entre 1986 y 2012 de 17,5 años a 19,2 años, y las chicas son muy minoritarias.
     
    Un enfoque internacional muestra que el arraigo de la vía de la formación por el aprendizaje, no va a la par necesariamente con un bajo índice de paro juvenil. Aunque las formaciones en alternancia, y en particular los contratos de aprendizaje, muestran una mayor eficacia, en materia de acceso al empleo (pero esto se reduce con el aumento del nivel de diploma), conviene evitar instalar el aprendizaje como la modalidad de formación que puede garantizar las condiciones que permiten la inserción profesional y, por ende, luchar de forma eficiente contra el paro.